La figura del samurai es tal vez una de las más recurrentes en el anime, en el manga, en las películas e incluso en los videojuegos.

Y la razón de esto es que estos personajes despiertan la admiración y curiosidad de muchas personas no solo en Japón.

De seguro te ha llamado la atención algún personaje con estas características, pero alguna vez te has preguntado ¿Cómo surgieron los samuráis?, ¿Quiénes eran estos guerreros que dominaron Japón durante el shogunato Tokugawa (1603-1868)?, ¿Cuáles eran sus costumbres y qué rol tuvieron en el antiguo Japón?

¡Te traemos las respuestas y mucho más en este artículo que no puedes dejar de leer!

Los primeros samurai

A diferencia de lo que se puede pensar, los primeros samurai no eran conocidos por sus espadas. El camino de los primeros guerreros era El camino del arco y del caballo. Estos guerreros provenían de la clase campesina: es decir, cualquiera podía ser samurai. Su objetivo principal, era servir al emperador y a las familias nobles con el fin de proteger sus tierras. Es por esa razón que la palabra samurai significa servir.

Con el tiempo, las familias nobles se dieron cuenta de lo importante que era contar con el apoyo de estos guerreros. Por esa razón comenzaron a formar sus propios ejércitos de samurai. Así los ejércitos se convirtieron en clanes, que poco a poco ganaban más y más poder. Los dos clanes más influyentes de aquella época fueron el clan de los Tairay los Minamoto.

Las guerras genpei

Las guerras genpei comenzaron en 1180 y duraron cinco años. En ellas se enfrentaron el clan de los Taira y el de los Minamoto quienes vencieron e instauraron el shogunato de Kamakura (1185-1333); el primero de los tres gobiernos militares que hubo en Japón.

En este enfrentamiento se comienza a definir de mejor manera la figura del samurai como un guerrero valeroso que siempre iba acompañado de sus espadas. Sin embargo, el cénit de los samuráis estaba lejos de llegar. ¿Su principal razón? Aún no contaban con un poder político y militar que les diera el protagonismo de la historia. No fue hasta la unificación de Japón (1568-1600) que ganaron fama gracias a dos figuras importantes de Japón: Oda Nobunaga (1534-1582) y Toyotomi Hideyoshi (1537-1598).

Los unificadores de Japón

Oda Nobunaga y Toyotomi Hideyoshi son nombres que hasta el día de hoy suenan por todo Japón y en muchas series se les ha representado. Su rol fue fundamental para poner orden en el Japón del siglo XVI. En ese entonces Japón estaba divido en diferentes daimios (feudos) y además contaba con abundante presencia extranjera. Por diferentes factores, estos inmigrantes se volvieron una amenaza para la estabilidad del gobierno. En este contexto, tanto Oda Nobunaga como Toyotomi Hideyoshi contribuyeron a la unificación del país, cerrando sus puertas al extranjero.

Con ello, se instauró el shogunato Tokugawa (1603-1868) que fue el gobierno militar más largo en la historia de Japón. Es, en este periodo donde los samuráis adquieren la fama, poder y admiración por la que son conocidos en la actualidad.

El ápice de los samuráis

Con la instauración del shogunato Tokugawa la sociedad japonesa se volvió una sociedad estratificada, dividida en cuatro clases. La clase predominante fueron los samuráis ya que el shogun de aquel entonces, Tokugawa Ieyasu (1543-1616) era un samurai; debajo de ellos estaban los nobles, los artesanos y por último los campesinos. En este periodo, el shogun y los samuráiseran la fuerza que predominaba en Japón.

El camino de la espada

Una de las primeras cosas que se piensa cuando hablamos de los samuráis es su espada, lo cual era un privilegio, pues no cualquiera tenía el derecho a portar una katana. Esta arma se creía que era el alma del samurai, por ello, solo el dueño podía tocarla y, además, insultarla se consideraba una falta de respeto que se traducía en una ofensa hacia el dueño de la misma.

En tiempos anteriores, cualquiera podía ascender y ser un guerrero, sin embargo, a partir de la era Tokugawa solo aquellos nacidos de padres samurai podían convertirse en uno.

Además de la katana, los samuráis portaban una espada más corta llamada wakizashi, la cual se utilizaba para decapitar al enemigo y también para el suicidio ritual conocido como seppuku; rito que se incluía en el bushidō.

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Bushidō: el código no escrito de los samurai

El bushidō o camino del guerrero es el código que tenían los samuráis, el cual seguían de una forma ejemplar en la mayoría de los casos. Este código no estaba escrito en ninguna parte, sino que más bien formaba parte de la vida del guerrero y era el que moldeaba su actuar. Los valores descritos en este código eran: la justicia, el valor, la compasión, la cortesía, la sinceridad, el honor y la lealtad.

Ejemplo del actuar honorable de un samurai era el suicidio ritual, pues traicionar al clan, a su señor e inclusive huir de una batalla era motivo para llevar a cabo el seppuku en el que el samurai debía efectuar un golpe limpio en el vientre, llamado harakiri. Esto se consideraba una muerte digna dentro de los guerreros y por ello el seppuku consistía en un rito que se llevaba a cabo con sumo cuidado, pues el samurai debía efectuar el golpe de forma limpia e inmediata para que su muerte fuese hermosa y admirable.

La educación de los guerreros samurai

La educación del samurai empezaba a temprana edad, de hecho, cuando nacía un niño se le daba una pequeña espada en forma de colgante que llevaba en el cinturón para evidenciar que pertenecía a la casta de los guerreros. A los cinco años se le cortaba el pelo y a los siete recibía su pantalón, llamado hakama. Luego venía la ceremonia más importante, el gembuku, que ocurría a los quince años y mostraba que el niño ya era un hombre. En esta ceremonia se le cortaba de nuevo el pelo, recibía su primera espada de verdad y su armadura.

Además de ello, los samuráis también estudiaban caligrafía, literatura y debían conocer los clásicos de la literatura China.

Por su lado, la esposa de un samurai sabía de administración, pues era la encargada de administrar el patrimonio de su marido mientras este estaba en la guerra.

En cuando a las hijas de los guerreros, al igual que a los hombres, se les instruía en las artes marciales. Su especialidad eran las yari (una lanza de hoja recta) y la naginata(lanza de hoja curva).

Filosofía del samurai

Aparte del bushidō, muchos guerreros seguían las enseñanzas del budismo zen, por ello se dedicaban a la meditación y además efectuaban la ceremonia del té en sus casas, para lo cual tenían una habitación especial. Junto con ello, en la casa de los samuráis también se construían jardines japoneses al estilo zen, que destacaban por su sencillez.

Costumbres del samurai antes y durante la batalla

Antes de ir a la guerra, el samurai ingería tres alimentos de la surte: awabi (marisco seco), kombu (un tipo de alga) y castañas. Durante la guerra, los guerreros comían dos veces al día y convertían su casco de guerra en un improvisado sartén para freír arroz, entre otras cosas.

Antes de la guerra los jefes samurai se bañaban y perfumaban para luego ponerse la vestimenta correspondiente seguida de la armadura. Este ritual culminaba cuando el samurai se ponía una máscara de facciones terroríficas y su casco.

En el transcurso de la batalla, los guerreros podían identificarse gracias a unos estandartes llamados sashimono que llevaban atadas a sus armaduras. Los sashimono estaban decorados con el logo del clan o mon. Los oficiales dirigían a los guerreros haciendo señas con sus abanicos de guerra mientras el jefe de la tropa lideraba la batalla desde su caballo.

En las batallas, la cabeza de los enemigos se consideraba un trofeo, por ello, con el fin de evitar la decapitación, los samuráis llevaban pesados collares de hierro y cascos con refuerzos pesados para proteger la garganta. No obstante, esto no siempre salvaba la vida del guerrero, por lo que antes de un enfrentamiento, quemaban incienso dentro de sus cascos, así, en caso de perder la cabeza saldría un olor desagradable.

La armadura del samurai

La armadura del guerrero debía ser tratada con el mismo respeto que la espada y estaba construida de múltiples escamas de hierro lacado. El resultado de dicha elaboración era una pieza ligera que pesaba aproximadamente once kilos y que se caracterizaba por su flexibilidad. La armadura tenía como principal objetivo preservar la agilidad del guerrero, gracias a eso, el samurai era capaz de escalar las murallas de un castillo, saltar sobre su caballo, correr en la batalla y esquivar los ataques de otras espadas con suma rapidez.

El entrenamiento del samurai

Para el guerrero era importante el dominio de las artes marciales, que no radicaba solamente en la fuerza física, sino que también era indispensable la concentración mental llamada haragei y la energía centrada denominada ki. Debido a esto, el samurai practicaba la respiración para hallar la quietud y la calma interior, al mismo tiempo que aprendía a utilizar su voz para entrar en acción por medio de un gritodeespíritu o kiai.

Para desarrollar estas habilidades, el samurai entrenaba utilizando unas secuencias de movimientos preestablecidas llamadas katas(que forman parte del entrenamiento de muchas artes marciales en la actualidad). Estas secuencias eran estrategias de ataque, defensa y contrataque. Los katas no solo eran una forma de entrenamiento que le proporcionaba técnicas a los guerreros, también eran ejercicios de meditación.

El declive de la clase guerrera

Lo anterior es una descripción acotada de lo que eran estos guerreros, desde sus costumbres hasta su estilo de vida. En la historia tuvieron un rol protagónico, pues participaron en muchas batallas y originaron un montón de historias y leyendas que siguen vigentes en el presente, sin embargo, todo debe llegar a su fin y así ocurrió con la casta de estos guerreros, pues hacia finales del shogunato Tokugawa imperaba una inestabilidad política, en la cual los clanes empezaron a luchar unos contra otros.

Bandos de oposición

Cerca de 1860 ya se veía el declive del poder militar del shogun, esto debido a la imperante presión que ejercía el extranjero para que Japón abriera sus puertas. Así, entraron comerciantes de otras partes del mundo, lo que causó desconfianza en el shogun, quien se veía incapaz de regular la situación. Por otro lado, la figura del emperador resultó igual de ineficaz, pues hasta este periodo, el emperador carecía de poder. Como resultado, los clanes samurai se dividieron en dos bandos. Uno que apoyaba al shogun por lo que deseaban mantener su poder con el fin de preservar el gobierno militar, el otro, deseaba devolverle el poder al emperador como único gobernante.

Lo curioso de este hecho, es que ambos bandos deseaban expulsar a los extranjeros, no obstante, estaban en lados opuestos. Aquí, es cuando aparece un clan de samurai que es recordado hasta el día de hoy, debido a los estragos que causó durante los últimos años del shogunato Tokugawa.

 

El Shinsengumi

El shinsengumi fue un clan que apareció hacia finales del shogunato Tokugawa y al igual que otras figuras de estos tiempos, hay numerosas historias de este bando samurai que aterrorizó las calles de Edo. Se dice que eran guerreros fieros con sed de sangre, así como también se sabe que hasta el último momento fueron fieles al shogun, incluso cuando su comandante, Kondō Isami (1834-1868), sabía que perderían en su última batalla. Esto no porque fueran incapaces, sino que no contaban con armas de fuego suficientes en contraste con el bando opuesto conformados por guerreros que deseaban instaurar un nuevo orden en Japón.

El fin del shogunato Tokugawa

Así como existía el shinsengumi, del otro lado había fuerzas con más poder, las más importantes eran Chōshū y Satsuma, quienes firmaron una alianza secreta. De este modo, al estallar la última batalla, TokugawaYoshinobu(el último shogun de Tokugawa), fue derrotado en 1866.

El nuevo orden de Japón: la Restauración Meiji

Después de la derrota del ultimo shogun, el 3 de enero de 1868 las fuerzas de Satsuma tomaron el palacio imperial. Con ello, proclamaron el inicio de una nueva era en la historia de Japón, la Restauración Meiji (1868-1912). Esto significó para Japón una serie de cambios sociales y políticos, pues se instauraron reformas que cambiarían la forma de gobierno conocida hasta ese entonces.

Entre los cambios sociales más significativos, se encuentra la desaparición del Japón dividido en clases. Junto con ello, esto marca también la desaparición de los samuráis, pues estos guerreros no serían necesarios en el nuevo orden ya que las espadas y los guerreros de antaño no eran enemigos para las armas y cañones de fuego. Por último, se creó una policía japonesa cuyos miembros eran los únicos autorizados para portar una espada. Así la casta samurai eventualmente llegaría a su fin.

Por supuesto, la desaparición de la casta guerrera no fue inmediata, pero sí, con el paso de los años los samuráis tuvieron que dejar atrás sus costumbres como guerreros, algunos optaron por dedicarse a estudiar diferentes materias y fueron capaces de reintegrarse en la sociedad, otros, aún vagaban con una espada en la cintura y eran mal vistos por ello. Pues no contaban con el honor y respeto de tiempos anteriores, ahora eran solo vagabundos o ronin (samurai sin señor).

Pese a que los samuráis desaparecieron, su legado sigue vigente en las artes marciales en muchas de las cuales, los estudiantes continúan practicando de forma similar a como lo hacían los guerreros de antaño. Junto con ello, en la actualidad la figura del samurai sigue contando con respeto, de hecho, Tokugawa Ieyasu fue proclamado kami, así como también hay incontables historias y leyendas que hacen honor a estos antiguos guerreros de Japón. Sin olvidar animes como Rurouni Kenshin, entre muchos otros que no solo representan al samurai, sino que nos acercan a los escenarios históricos de Japón en donde habitaban estos guerreros.

Fuentes:

• Shirokauer Conrad, Lurie David, Gay Suzanne (2014). Breve historia de la civilización japonesa.
• Gaskin Carol, Hawkins Vince (2003). Breve historia de los samuráis.
• Hillsborough Romulus (2019) Shinsengumi, los últimos samuráis del shogun.