Si eres fan del cine y más aún del género del terror, de seguro ya has visto y escuchado que las películas de terror japonesas son, sin duda alguna, las más aterradoras y escalofriantes del género. No obstante, esta construcción terrorífica, como todo en Japón, está ligada a su historia y a sus creencias culturales. La conexión con el mundo sobrenatural en el archipiélago data desde sus inicios y, si bien, en esos tiempos no existía la pantalla grande ni producciones tal y como las conocemos hoy en día, lo cierto es que el terror japonés es el resultado del culto a los muertos, la creencia en espectros como los yurei y los yokai y la conexión con el mundo fantasmal y sobrenatural.
Acompáñanos en este breve recorrido histórico por el Japón fantasmal. Conozcamos algunas de sus curiosidades y, por supuesto, te daremos algunas recomendaciones de títulos significativos dentro de la industria del terror japonés.
Superstición y Oralidad en los inicios del terror japonés
El camino de los kami y el mundo de los muertos
Antes de comenzar con el género cinematográfico en sí, es necesario analizar los guiones antiguos donde la tecnología no tenía cabida y lo único que existía eran las supersticiones que abundaban en el boca a boca en la Isla japonesa.
Desde la antigüedad, según dice Daniel Aguilar en su libro «Japón sobrenatural. Susurros de la otra orilla» Japón ha sido conocido por su conexión con lo sobrenatural gracias a los kami y las supersticiones sobre los caminos de los dioses». Esto permitió la creación de una amplia gama de textos literarios sobre la vida después de la muerte, siendo el tema principal el mundo de los muertos conocido como «…yomi o «manantial amarillo» (Aguilar, Daniel 2013) (sus letras significan «agua sucia»). En este lugar verás todo lo sucio, en mal estado y aterrador que se encuentra en lo profundo de tu imaginación. Por supuesto, esto no es suficiente para construir una imagen sólida del espeluznante Japón, ya que el boca a boca juega un papel fundamental.
Esto se debe a que en el pasado las carreteras que conectaban las ciudades estaban hechas de tierra y no estaban bien iluminadas. Los viajeros y comerciantes que caminaban en la oscuridad veían y oían «cosas» que para ellos no eran de este mundo. Al llegar a las ciudades después de caminar por estas calles, relataron experiencias y encuentros con lo sobrenatural. Estas historias han inspirado la producción de un gran número de trabajos escritos.
Tres criaturas sobrenaturales en el terror japonés
En ese momento, solo se estuvo hablando de fantasmas o criaturas que, a lo largo de los años, se fueron fusionando. Aguilar, también comenta en su libro que gracias a la distinción que hizo Kazue Abe en su libro Introducción a la fantasmología, ahora podemos distinguir tres tipos de criaturas fantasmales en Japón: yurei (espíritus), yokai (seres dotados de poderes sobrenaturales) y henge (animales capaces de obtener forma humana).
Sin embargo, en esos tiempos la única forma de conocer a estos seres fue por medio de los textos escritos y la oralidad que finalmente llegaron a los escenarios, en primera instancia en obras del Teatro Noh y más tarde en la cultura popular de Edo estas historias comienzan a formar parte del Teatro Kabuki.
La cultura popular de Edo
En Edo, conocido también como shogunato Tokugawa, inicia lo que podemos llamar «cultura popular», en la cual encontramos tres tipos de textos fundamentales: cuentos populares, cuyo principal exponente son de acuerdo a Aguilar los Cuentos de Sorori (1663), libros de corte didáctico-budista como las Historias de Actos y Consecuencias (1660) y libros de la idiosincrasia nipona ejemplificadas por Otogiboku en Cuentos del Muñeco de Cabecera (1666).
Lo importante de estos textos es la consolidación de la figura femenina como un ente maligno y vengativo. Según las creencias de la época, las mujeres tenían más tendencia a ser yurei a causa de su emocionalidad, lo que las llevaría a cobrar venganza tras su muerte. Es por esto que, hasta el día de hoy, las mujeres tienen un gran protagonismo terrorífico en la pantalla grande.
Horror en el Kabuki
Primeras producciones y efectos especiales
Luego de que el kabuki ganara gran popularidad, llegó un punto en que el público se volvió más exigente. Ya no buscaban historias de amores trágicos protagonizadas por el héroe y la doncella inalcanzable; en su lugar, deseaban historias del más allá. De este modo comienzan la era, que menciona Aguilar en su libro, «…Bunka (1804 – 1818) y Bunsei (1818 – 1830) a manos del actor Tsuruya Namboku IV», gracias a quien el público disfrutaría de emociones más fuertes en el teatro. Aquí aparecen los primeros efectos especiales en el terror japonés, tales como: trampas en el suelo, chorros de sangre, hilos que elevan objetos, personajes y muñecos de gran tamaño que subían por los aires. Las obras en Edo empezarían a nutrirse cada vez más de los bajos fondos, la pobreza, la prostitución, la sangre y el grotesque, lo que permitió a Japón alejarse de la influencia sobrenatural proveniente de China y consolidar un estilo propio.
Una de las obras más famosas y destacadas del género es Tokaido Yotsuda Kaidan (Historia sobrenatural de Yotsuya, el camino de Tokaido) estrenada en 1825; obra que reúne elementos de suspenso, venganza, terror y supersticiones religiosas.
Renacimiento de un Ukiyo-e fantasmal
Los yokai como fuente de inspiración
Con el fin de la era Bunsei, Japón entra en un periodo llamado Bakumatsu que comprende el periodo de los últimos años de la era Edo (1830 – 1867) con numerosos cambios para el país. Esta época destaca por su inestabilidad política que abarca hasta los primeros años de la Restauración Meiji (1868 – 1912).
El archipiélago se abre a Occidente e incorpora una serie de avances en la medicina, arquitectura, armamentos y cuerpos militares. Junto con ello también introduce cambios en el aparato estatal al incorporar un código civil y una constitución.
Pese a la modernización del periodo, el pueblo japonés no olvidó su conexión con lo sobrenatural. Esto posiblemente fue gracias al sintoísmo de estado que es la muestra del fuerte nexo con su espíritu religioso. Es más, es precisamente en esta era y gracias a la introducción de influencias y técnicas occidentales que las creencias en espectros y la fascinación por el terror sobrenatural siguió existiéndose a lo largo del país.
Es justo en estos años cuando renace el arte del Ukiyo-e (pinturas del mundo flotante), las que comenzaron a retratar el mundo sobrenatural. Entre sus exponentes más destacados se encuentra a mención de Aguilar «…Utagawa Kuniyoshi quien gana fama en 1827 por retratar gatos fantasmales y yokai». Posterior a él y como uno de sus discípulos más renombrados aparece «…Utagawa Yoshifuji (1828 – 1887) que destaca con El gato fantasma del apeadero» (Aguilar, Daniel. 2013). En la segunda mitad del siglo XIX también destacaron artistas como «Tsukioka Yoshitoshi con La mansión de los platos y La revuelta de Sakura y Kawanabe Kyousai« (Aguilar, Daniel. 2013) quien tuvo predilección por el mundo fantasmal asociado a los animales, principalmente ranas y reptiles.
Los yokai alcanzan su cénit a finales del siglo XIX, sobre todo la figura del kappa. Este tipo de figuras permiten la mantención de las creencias de un Japón tradicional y supersticioso. Tanto así que en los primeros años del siglo XX, el profesor budista y filósofo, Enryo Inoue, se molestó en escribir un voluminoso libro para demostrar que los yokai no existían. Esta fue una de las consecuencias de un Japón que debía modernizarse y dejar atrás las creencias populares con el objetivo de centrarse en la ciencia y las explicaciones racionales.
Comienzos del terror japonés en el cine
Junto con la apertura de Japón y la introducción de las primeras tecnologías, en 1896 llega el cinematógrafo. En 1899, se producen las primeras dos cintas de índole sobrenatural: «Momoji-gari (Excursión de las hojas de otoño) y Futari Dojoji (El templo Dojo, con dos actores)» (Aguilar, Daniel. 2013). Con esto, se da inicio a una nueva era en el terror japonés.
Con el progreso y el avance de la tecnología no tardaron en filmarse varias producciones en distintas zonas del país. Así es como surgen los primeros directores quienes fueron censurados por la policía antes de poder exhibir sus cintas a causa de su temática sobrenatural.
Sin embargo, la literatura jugaría un rol protagónico en el plano cinematográfico gracias a la adaptación de un sinfín de historias. Uno de sus principales exponentes destaca Junichiro Tanizaki. Sus trabajos sobresalieron por tratar de asimilar el estilo del terror americano en la pantalla y a su vez por filmar Jasei no in (La lujuria de la serpiente, 1921).
En los años treinta, destacan tres nombres cuyas producciones son consideradas hasta el día de hoy piezas clásicas del terror japonés. Aguilar en su libro nos menciona a «…Kenji Miyazawa con El Genio del Viento (Kaze no Matazaburo) y El Tren Nocturno de la Vía Láctea (Ginga no Tetsudo no Yoru), Seishi Yokomizo con historias de misterios protagonizadas por el detective Kosuke Kendaichi y Dokuro Kengyou en 1937, que es la adaptación insólita de Drácula de Bram Stocker y Edogawa Ranpo«, considerado un maestro del misterio y del terror psicológico.
1968: El año del terror japonés
Las películas resultan ser escasas hasta 1968, año en que inicia una ola de grandes producciones cinematográficas que se parecen más al terror que conocemos del Japón actual. Entre los filmes más sobresalientes Aguilar nos menciona a «Kaidan Semushi Otoko de Hajime Sato (1965), Tokaido Obake Dochuu de Kimiyoshi Yasuda y Yushiyuki Kuroda (1969), Kaidan Otoshi Ana de Koji Shima (1968) y Kaidan Kasane ga Fuchi de Kimiyoshi Yasuda (1970)», entre muchas otras. En este periodo también predominaron los panfletos y carteles promocionales de las películas. También se publicaron revistas de índole sobrenatural que inspiraron a los dibujantes de manga. El caso más destacado fue GeGeGe no Kitaro de la autora Shigeru Mizuki.
Un paréntesis: Horror en el manga
La primera publicación del manga fue en 1959 y terminó diez años más tarde en 1969. Pero no fue hasta enero de 1968 que se hizo la primera emisión del anime que finalizó en marzo de al año siguiente. Tanto el manga como el anime son una de las representaciones más importantes dentro de su género, pues hablan con profundidad de las creencias y supersticiones relacionadas con los yokai como parte fundamental del terror japonés. En esos años fue una producción que espantó al público no solo en Oriente, pues el anime llegó también a Occidente e incluso se emitió en las pantallas de Latinoamérica. De seguro cuando eras niño alcanzaste a ver este anime y probablemente te causó problemas para dormir en las noches.
Influencias de Occidente en el terror japonés
Posterior a esta ola de éxitos llega la globalización. En Japón se introducen nuevas influencias provenientes desde EEUU para la producción de cintas cinematográficas en 1989 (año que coincide con el inicio de la era Heisei). De este modo el cine se basaría en propuestas norteamericanas, entre las que destaca la influencia del terror de autores como Stephen King. Es así como Japón deja de lado las obras del kabuki y se populariza la figura fantasmal de la mujer delgada, pálida y con el rostro cubierto por una larga cabellera negra.
A comienzos del siglo XXI, películas estadounidenses como El Aro (2003) y El grito (2004) ganaron gran popularidad en Occidente, no obstante, no pasó mucho tiempo hasta que se empezó a hablar de las versiones japoneses de estos títulos, los que resultaban ser mucho más espeluznantes. Si recuerdas esa época y buscaste la versión japonesa, de seguro te llevaste una gran sorpresa que no te dejó dormir al menos por una semana. Lo cierto es que esas versiones son en realidad las cintas originales de Hideo Nakata y Takashi Shimizu quienes produjeron Ringu 2 en 1998 y Ju-on en 2002, respectivamente. Estos filmes son la prueba de que Japón es un maestro del género. Ahora, cabe preguntarse dónde radica el éxito de estas cintas.
Las claves del terror japonés
Japón siempre ha vivido con el mundo sobrenatural que los rodea, ya sea debido a supersticiones o a sus creencias religiosas, razón por la cual nos muestran yurei de aspecto escalofriante que vagan en el mundo terrenal. Estos fantasmas se exhiben de forma completa en las cintas, a diferencia del screamer utilizado en Occidente.
En conclusión, el éxito del terror japonés se debe precisamente a esa sensación incómoda que nos genera ver a los fantasmas o almas en pena sin censura alguna, los que además aparecen de forma lenta ante nosotros. Si has visto algún film de terror japonés, sabes a lo que nos referimos. La próxima vez que veas una película japonesa de terror, recuerda que estás viendo una representación fidedigna de una cultura que aún en el siglo XXI, vive sumergida entre este mundo y el otro.
Esperamos que este recorrido por el Japón Fantasmal te haya resultado interesante. Si deseas saber más, aquí abajo te dejamos un listado completo de películas que puedes buscar para saciar tu curiosidad acerca del terror japonés. Si quieres profundizar aún más en el tema, te invitamos a revisar las obras de Lafcadio Hearn, quien escribió una serie de libros japoneses de índole sobrenatural como: En el Japón fantasmal, El fantasma sin rostro y otras historias de terror y Kwaidan y otras leyendas y cuentos fantásticos de Japón, entre muchos otros.
*Algunas romanizaciones fueron simplificadas con el propósito de facilitar la lectura.
Listado de películas
- Momiji gari (Excursión de las hojas de otoño) dirigida por Tsunekichi Shibata en 1899. Es considerada la cinta más corta y antigua que aún se conserva en Japón hasta el día de hoy. Dura tan solo cuatro minutos.
- Sanjusangendo munagi no yurai (El origen del templo Sanjusangendo) dirigida por Yokota Shokai en 1910.
- Hidakawaga iriai-zakura (Los cerezos del río Hidakawa al atardecer). Director desconocido. 1909.
- Botan Doro (La lámpara de las peonías). Director desconocido. 1910.
- Saga no Yazaura (La fiesta nocturna de los cerezos en Saga). Director desconocido. 1910.
- Yotsuya Kaidan (La historia sobrenatural de Yotsuya). Director desconocido. 1911.
- Kyubi no Kitsune (La zorra de las nueve colas), dirigida por Shoza Makino en 1912.
- Yoshitsune Senbon-Zakura (Los mil cerezos de Yoshitsune), dirigida por Jiro Yoshino 1914.
- Okazaki no Neko (El gato Oazaki), dirigida por Shoza Makino en 1914.
- Sayo no Nakayama, Yonaka Ishi (La roca que gime de noche), dirigida por Yaroku Kobayashi en 1915.
- Saiyuki (Narración del viaje al Oeste), dirigida por Jiro Yoshino en 1917.
- Kiso no Kuroneko (El gato negro de Kiso), dirigida por Jiro Yoshino en 1918.
- Kasane Monogatari (La historia de Kasane). Director Desconocido. 1919.
- Jasei no In (La lujuria de la serpiente), dirigida por Kimisaburo Kurohara en 1921.
- Sarayashiki (La mansión de los platos). Hacia 1922. Datos desconocidos
- Nabeshima no Neko (El gato de Nabeshima), dirigida por Jiro Yoshino en 1923.
- Yukon no Tako Honoo (El fuego en que arden las almas), dirigida por Yoshiro Edamasa en 1923.
- Enmein no Semushi Otoko (El jorobado del templo Enmei). Director desconocido. 1923.
- Kasane ga Fuchi (La posa de Kasane), dirigida por Shiroka Nagao en 1924.
- Botan Doro (La lámpara de las peonías), dirigida por Zammu Kako y Yoshiro Edamasa en 1924.
- Samidari Zoshi (Libro de la suave luvia de mayo), dirigida por Kenji Mizoguchi en 1924.
- Kyoku no Ichiya (La noche del terror), dirigida por Eiichi Matsumoto en 1924.
- Kyoren no Onna Shishon (La maestra enloquecida de amor) dirigida por Kenji Mizoguchi en 1926.
- Irohagana Yotsuya Kaidan (La historia sobrenatural de Yotsuya, versión en silabario), dirigida por Kintaro Inoue en 1927.
- Akigusa Doro (Las lámparas de las hierbas de otoño), dirigida por Hotei Nomura en 1927.
- Ikiryo (El espíritu en vida), dirigida por Daisuke Ito en 1927.
- Banshuu Sarayashiki (La mansión de los platos en Banshuu), dirigida por Zammu Kako en 1928.
- Shinpan Yotsuya Kaidan (La historia sobrenatural de Yotsuya, nueva versión), dirigida por Daisuke Ito en 1928.
- Furisode Kaji (El fuego del kimono de mangas largas), dirigida por Tesuroku Hoshi en 1928.
- Modoribashi (El puente del regreso), dirigida por Masahiro Makino en 1928.
- Nabeshima Kaibyoden (La leyenda del gato fantasma de Nabeshima), dirigida por Shiroku Nagao en 1929.
- Botan Doro (La lámpara de las peonías), dirigida por Shuichi Yamashita en 1930.
- Daibutsu Kaikoku (El gran Buda da una vuelta por el país), dirigida por Yoshiro Edamasa en 1934.
- Yukinojo Henge (La transformación de Yukinojo), dirigida por Teinosuke Kenugasa en 1935.
- Kaguya-Hime (La princesa de la luna), dirigida por Yoshitsugu Tanaka en 1935.
- Botan Doro (La lámpara de las peonías), dirigida por 1935 Akira Nobuchi en 1935.
- Saga Kaibyoden (La leyenda del gato fantasma de Saga), dirigida por Shigeru Mokudo en 1937.
- Honcho Nanafushigi (Los siete misterios del imperio), dirigida por Rokuhei Susukita en 1937.
- Arima neko (El gato de Arima), dirigida por Shigeru Mokudo en 1937.
- Kaibyo no Nazo no Shamisen (El misterio Shamisen del gato fantasma), dirigida por Kiyohio Ushihara en 1938.
- Tanuki Goten (El palacio de los Tanuki), dirigida por Keigo Kimura en 1939.
- Kappa Daigasen (El gran combate de los Kappa), dirigida por Masao Yozenawa en 1939.
- Kaze no Matasaburo (Matasaburo, el genio del viento), dirigida por Koji Shima en 1940.
- Utau Tanuki Goten (El palacio de los Tanuki canta), dirigida por Keigo Kimura en 1940.
- Rashomon, el bosque ensangrentado (Rashomon), dirigida por Akira Kurosawa en 1940.
- Ugetsu Monogatiri (Cuentos de la luna pálida), dirigida por Kenji Mizoguchi en 1953.
- Kaidan Saga Yashiki (Historia sobrenatural de la mansión de Saga), dirigida por Ryohei Arai en 1953.
- Kibyo Arima Goten (El gato fantasma del palacio de Arima), dirigida por Ryohei Arai en 1953.
- Koitsugata Kitsune Goten (El hechizo amoroso del reino de los zorros), dirigida por Nubou Nakawaga en 1956.
- Yotsuya Kaidan (Historia sobrenatural de Yotsuya), dirigida por Masaki Moori en 1956.
- Kaidan Kasane Ga Fuchi (La historia sobrenatural de la posa de Kasane), dirigida por Nubou Nakawaga en 1957.
- Trono de Sangre (Kumonosu-jo), dirigida por Akira Kurosawa en 1957.
- Byakuya no Yojo (La hechicera de la noche blanca), dirigida por Eisuke Takizawa en 1957.
- Borei Kaibyo Yashiki (El espectro del caserón del gato fantasma), dirigida por Nobou Nakawaga en 1958.
- Shunnen no Hebi (La serpiente implacable), dirigida por Kenji Misumi en 1958.
- Kepei To Yurei (La policía militar y los fantasmas), dirigida por Nubou Nakawaga en 1958.
- Onna Kyuketsuki (La mujer vampiro), dirigida por Nubou Nakawaga en 1959.
- Tokaido Yotsuya Kaidan (La historia sobrenatural de Yotsuya en el camino de Tokai), dirigida por Nubou Nakawaga en 1959.
- Tres tesoros (Nippon Tanjo), dirigida por Hiroshi Inagaki 1959.
- Kaitei Kara Kita Onna (La mujer que llegó del fondo del mar), dirigida por Koreyoshi Kugahara en 1959.
- Yotsuya Kaidan (Historia sobrenatural de Yotsuya), dirigida por Kenji Misumi en 1959.
- Hatsuharu Tanuki Goten (El año nuevo en el palacio de las Tanuki), dirigida por Keigo Kimura 1959.
- Jigoku (Infierno), dirigida por Nubou Nakawaga en 1960.
- Kaibyo O-tama Ga Ike (El estanque de Tama, el gato fantasma), dirigida por Yoshihiro Ishikawa en 1960.
- Oodeyama Shuutendooji (El ogro borrachín del Monte Ooe), dirigida por Tokuzo Tanaka en 1960.
- La leyenda de Buda (Shaka), dirigida por Kenji Misumi en 1961.
- Okinawa Kaidan – Sakazuri Yurei, Shina Kaidan, Shian Yaburi (Historia sobrenatural de Okinawa: el espectro cabeza abajo. Historia sobrenatural de China: el ataúd profanado), dirigida por Satoru Kobayashi y Zhao-Lao Hui en 1962.
- Koi Ya Koi Nasu Na Koi (Ay amor, amor, cuidado con el amor), dirigida por Tomo Uchida en 1962.
- Onibaba, el agujero (El agujero), dirigida por Kaneto Shindo en 1964.
- Kwaidan-el más allá (Kwaidan), dirigida por Masaki Kobayashi en 1964.
- Kaidan Semushi Otoko (La historia sobrenatural del jorobado), dirigida por Hajime Sato en 1965.
- Yotsuya Kaidan (La historia sobrenatural de Yotsuya), dirigida por Shiro Todoya en 1965.
- Daimajin (Majin el grande), dirigida por Kimiyoshi Yasuda en 1966.
- Genji Monogatari (La historia de Genji), dirigida por Tetsuyi Takechi en 1966.
- Kuroneko (Yabu No Naka No Kuroneko), dirigida por Kaneto Shindo 1968.
- Botan Doro (La lámpara de las peonías), dirigida por Yoshikata Yoda en 1968.
- Hebi Musume To Hakuhatsuma (La chica serpiente y el diablo de cabellos blancos), dirigida por Noriaki Yuasa en 1968.
- Kaidan Yukijoro (Historia sobrenatural de la mujer de la nieve), dirigida por Tokuzo Kanata 1968.
- Yokai Hyaku Monogatari (La historia de cien trasgos), dirigida por Kimiyoshi Yasuda en 1968.
- Kaidan Otoshi-Ana (Historia sobrenatural de la trampa), dirigida por Yshagaik Koji Shima n 1968.
- Yokai Daisenso (La guerra de los trasgos), dirigida por Yoshiyuki Kuroda en 1968.
- Hiroku Kaibyoden (Relato secreto de la leyenda del gato fantasma), dirigida por Tokuzo Kanata en 1969.
- Tokaido_Bake Dochu (El camino de Tokai, en compañía de los trasgos), dirigida por Kimiyoshi Yasuda en 1969.
- Kaibyo Toroku-Buro (El gato fantasma de los baños turcos), dirigida por Kazuhiko Yamaguchi en 1975.
- Inugami o Tatari (Bajo el estigma del perro), dirigida por Shunya Ito en 1977.
- Los abismos de las bermudas (The Bermuda Deppths/Bamyuda no Nazo), dirigida por Tsugunobu Kotani en 1977.
- El imperio de la pasión (Ai no Borei/ L’ empire de la passion), dirigida por Nagisa Oshima en 1978.
- Jigoku (Infierno), dirigida por Tatsumi Kamashiro en 1979.
- Kaiidan. Ikite Iru Koheiji (Relato de un suceso sobrenatural. Koheiji está vivo), dirigida por Nubou Nakawaga en 1982.
- Satomi Hakken-Den (La leyende de los ocho samurais), dirigida por Kinji Fukasako en 1983.
- Ningyo Densetsu (La leyenda de 1una sirena), dirigida por Toshiharu Ikeda en 1984.
- Ijintachi to no Natsu (El verano con los extraños), dirigida por Nobuhio Ohbayashi en 1988.
- Kaze no Matasaburo (Matasaburo, el genio del viento), dirigida por Shunya Ito en 1989.
- Los sueños (Yume / Akira Kurosawa’s Dreams), dirigida por Akira Kurosawa en 1990.
- Ashita (Mañana), dirigida por Nobuhio Ohbayashi en 1995.
- Shikiyoku Kaidan, Hatsujo Onna-Yurei (Historia sobrenatural de lujuria: la mujer fantasma en celo), dirigida por Satoru Kobayashi en 1995.
- Ring, el círculo (Ringu), dirigida por Hideo Nakata 1997.
- Mononoke Hime (La princesa Mononoke), dirigida por Hayao Miyazaki en 1997.
- Jigoku (Infierno), dirigida por Teruo Iishi en 1999.
- Sakuya Yokaiden (Sakuya. La leyenda de los trasgos), dirigida por Tomoo Haraguchi en 2000.
- Onmyoji (El maestro del ying y el yang), dirigida por Yojiro Takita en 2001.
- Sen to Chihiro no Kamikakushi (El viaje de Chihiro), dirigida por Hayao Miyazaki en 2001.
- Dark Water (Honogurai Mizu no soko kara), dirigida por Hideo Nakata en 2002.
- La maldición (Ju-on), dirigida por Takashi Shimizu en 2002.
- Bakko Yokaiden. Kibakishi (Kibakichi. La guarida de los trasgos), dirigida por Tomoo Haraguchi 2003.
- Llamada perdida (Chakuchin Ari), dirigida por Takashi Miike 2003.
- Ashura-Jo No Hitomi (Los ojos del castillo de Ashura), dirigida por Yojito Takita 2005.
- Sakebi (El grito), dirigida por Kiyoshi Kurosawa en 2006.
- Kaidan (Kaidan), dirigida por Hideo Nakata 2007.
- Orochi (Reptil), dirigida por Norio Tsuruta en 2008.
- Desu Kappa (Death Kappa), dirigida por Tomoo Haraguchi en 2010.
- Suteki-Na Kanashibari (Un fantasma encantador), dirigida por Koki Mitani en 2011.
Fuentes:
Aguilar, Daniel (2013). Japón sobrenatural. Susurros de la otra orilla.