“El Padrino” (1969), escrito por Mario Puzo, popularizó un concepto que permanece vivo hasta el día de hoy: el crimen organizado. Lo que quizá no sabías, es que este tipo de estructuras surgieron en varios lugares del planeta, incluso en el lejano Japón. Una serie de mitos y curiosidades ronda a la mafia japonesa más conocida como la Yakuza: ¿de dónde salieron?, ¿quiénes son? – Te invitamos a adentrarte en el mundo paralelo que riñe con la ética del pueblo japonés.
La Yakuza: historia, tradición y actualidad de la mafia japonesa
La Yakuza. De seguro esta palabra te es conocida por varias razones. Tal vez te topaste con un buen anime, un manga o incluso una película que habla de la mafia japonesa, y cómo no, si es una de las mafias con mayor cantidad de seguidores que siguen operando hasta el día de hoy; lo que le ha otorgado fama a nivel mundial. Sin embargo, rara vez se habla de su historia, de sus orígenes y costumbres, tanto así, que algunos aspectos de la ficción pueden llegar a confundirse con la realidad. En Hola Japonés queremos hablarte de ellos desde sus inicios y compartir contigo algunos datos curiosos que de seguro desconocías.
Los ancestros de los yakuzas: hatamoto-yakko v/s machi-yakko
En el periodo Tokugawa (1603-1868) muchos samuráis se convirtieron en ronin (samuráis sin señor) debido a que ya no eran necesarios para el gobierno, puesto que se alcanzó un cierto nivel de paz. Es así como estos vagabundos conformaron las primeras bandas criminales de Japón, conocidas como kabuki-mono o hatamoto-yakko (los locos). Los kabuki-mono se dedicaron al saqueo y también a cumplir órdenes algunos señores feudales que los contrataban para realizar ciertos encargos. De este modo aterrorizaban a la población, en parte por su actuar violento y también por el porte de espadas. Sumado a eso, destacaban por sus peinados y ropas extravagantes, lo que suponía un aspecto vanguardista para esos años.
A la par con los hatamoto-yakko, estaban los machi-yakko (servidores del pueblo). Este grupo estaba formado por jóvenes ciudadanos quienes, aburridos de la amenaza de los hatamoto-yakko, decidieron armar una fuerza para defenderse. Los líderes de los machi-yakko eran comerciantes, artesanos, vagabundos sin hogar y samuráis extraviados.
Pese a que los hatamoto-yakko y los machi-yakko tenían conductas similares, sus objetivos eran diferentes. Con el paso del tiempo, los machi-yakko ganaron el apoyo de la gente, convirtiéndose en héroes locales, por lo que no es de extrañar que la Yakuza haya escogido a los machi-yakko como sus ancestros espirituales, aunque es difícil establecer una conexión clara con ellos.
Ambos grupos se disiparon a través de los años; sin embargo, su legado sería adoptado por los tekiya y bakuto, quienes compondrían la futura Yakuza.
Tekiya: los vendedores ambulantes
En el año 1700 aparece esta clase que dominaba el monopolio ambulante, cuyos métodos de venta eran engañosos, pues mentían sobre el estado y la calidad de sus productos. Con el tiempo los tekiya comenzaron a organizarse acorde al estatus feudal cuyos cinco cargos eran: el jefe o oyabun, el subjefe, oficiales, reclutas y aprendices. El hogar del oyabun servía como refugio y también era el lugar donde se entrenaban los nuevos reclutas.
Como en todo grupo, los miembros estaban sometidos a una organización estricta en la que la palabra del oyabun era ley. Además, instauraron el sistema oyabun-kobun (que describiremos más adelante) el cual establecía el lazo sanguíneo entre el jefe y sus miembros.
Bakuto: los apostadores
Los bakuto, al igual que los tekiya, no tardaron en ganar seguidores. Muchos fueron contratados bajo la administración del gobierno Tokugawa para llevar a cabo proyectos de construcción, entre otros trabajos por los cuales recibieron pagos generosos. A medida que crecían en número y poder, se les contrató para controlar el comercio en algunas áreas del país. Al igual que los tekiya, desarrollaron una organización estricta basada en leyes de obediencia y subordinación con el sistema oyabun–kobun.
El bakuto es lo que se podría denominar como el primer grupo delictivo organizado (concepto también conocido como “crimen organizado”) en Japón, cuya herencia son los juegos de azar, así como también el uso de la palabra Yakuza.
El origen de la palabra Yakuza, la mafia japonesa
En las carreteras de Japón, durante el shogunato Tokugawa, era posible encontrar a los bakuto repartidos en diferentes lugares, especialmente en la carretera del Tōkaidō (camino del Mar del Este que conectaba la capital de Edo con Kioto). Fue aquí donde comenzaron a acuñar la palabra Yakuza debido a un juego de cartas llamado hanafuda. En este juego, la peor mano estaba conformada por los números 8, 9 y 3, que se corresponde con la pronunciación ya (ocho) -ku (nueve) -sa (tres) en japonés.
En un principio, se utilizaba esta palabra para denotar que el jugador era inútil tanto en el juego como en la sociedad. No obstante, a partir del siglo XX, el término fue empleado por parte de las autoridades para referirse a los tekiya, bakuto y a otros grupos criminales organizados.
La mafia japonesa: organización de la Yakuza
El sistema de organización de la mafia japonesa es jerárquico y se corresponde con el concepto de familia confuciana, es decir, debe existir piedad filial entre los miembros del grupo.
Durante los años 80, la Yakuza tenía un gran número de miembros, pero las organizaciones más importantes eran el Sumiyoshi-kai, el Yamaguchi-gumi y el Inagawa-kai. Estás facciones se regían bajo los ikka o “familias ficticias”, donde cada miembro del clan tenía sus funciones bien definidas. La primera era el Kumi-cho, quien tenía la máxima responsabilidad, ya que se encargaba de administrar los negocios del ikka. El Kumi-cho contaba con sus consejeros denominados Saiko-kanbu, quien seguía las órdenes del Waka-gashira o vicepresidente. Por debajo estaban los kanbu que podían formar sus propios grupos siempre y cuando respetasen las normas del clan.
Los kumi-in eran soldados rasos, responsables de cobrar las deudas y de entrenar a los aprendices de yakuza, entre otras actividades del clan. Por último, los aprendices eran los que hacían las actividades más “sencillas” como la limpieza y la cocina.
Relación Oyabun-kobun
La relación oyabun-kobun es el sistema bajo el cual se rige la Yakuza en la actualidad, donde el oyabun es el jefe y protector, mientras que el kobun es el hijo en el cual el jefe deposita su confianza a cambio de respeto, lealtad y obediencia absoluta. Para establecer el vínculo entre el jefe y el kobun, se llevaba a cabo una ceremonia llamaba sakazuki frente a un altar sintoísta. En esta ceremonia se intercambiaban tazas de sake (licor de arroz fermentado). La cantidad servida en las tazas dependía del estatus de quienes lo bebían, es decir, variaba si era una relación oyabun-kobun, hermano-hermano y así sucesivamente.
Además del sakazuki, con el tiempo se elaboró una serie de normas a medida que la organización de la mafia japonesa y las leyes de la Yakuza se volvieron más complejas. Este es el código de honor conocido como jingi.
Muestras de lealtad y dependencia al clan: irezumi y yubitsume
Como ya hemos visto, los miembros de la Yakuza rinden lealtad y respeto absoluto a sus jefes. Siguen sus órdenes al pie de la letra y entregan sus vidas a la labor que realizan; sin embargo, hay formas en que esta lealtad se materializa y una de ellas son los tatuajes.
De seguro ya has escuchado que en Japón los tatuajes suelen asociarse a la mafia. En efecto, los yakuzas realizan una práctica llamada irezumi que consiste en tatuarse el cuerpo completo mediante la técnica tradicional japonesa, que supone un gran dolor. A través de esta práctica, los miembros muestran su pertenencia al clan, su dureza y su resistencia física.
Además del irezumi, existe el yubitsume, un ritual que se caracteriza por cortar la falange de los dedos, partiendo por el meñique. El yubitsume se lleva a cabo cuando alguien falla una misión o incurre en un acto que se considere una falta hacia el clan y sus normas. El acusado debe realizar el yubitsume por sí mismo como muestra de arrepentimiento frente a su actuar.
El origen de este ritual se remonta a los inicios de la Yakuza, cuando utilizaban katanas, ya que, en esos tiempos, cortar parte del dedo meñique producía dificultades para manejar la espada, por ende, la persona quedaba indefensa y se veía obligada a depender de la protección del clan.
Los yakuzas y sus métodos de ejecución
Así como cada miembro tiene una función definida al interior del clan, también al momento de deshacerse de sus rivales cuentan con personas que cumplen una función determinada.
Por lo general, actúan en grupos de tres personas compuestos por un teppodama (asesino), un motorista experto y un confirmador. El teppodama es quien debe subir a la moto para disparar y, en lo posible, deshacerse de la víctima al primer intento. El confirmador es quien conduce un auto y supervisa si el teppodama ha realizado la misión con éxito. En caso de que el teppodama mueriese en el acto, el confirmador deberá sustituirlo para completar la misión.
La Yakuza desde la Era Meiji (1868-1912) hasta la Era Showa (1926-1989)
En 1868, con la Restauración Meiji, el país se industrializó y se produjeron un sin fin de cambios políticos con la aparición de los primeros partidos.
La Yakuza también se modernizó, reclutando trabajadores de la construcción y de los puertos. El bakuto tuvo problemas para subsistir, pues debían encubrir sus acciones a diferencia de los tekiya, cuyos negocios no parecían ilegales ante las autoridades del periodo, por lo que pudieron expandirse con éxito a lo largo de Japón.
En el ámbito político, la mafia japonesa Yakuza decidió cooperar con los partidos, adhiriéndose a ellos. También comenzó a prestarle ayuda al gobierno a cambio de mayores libertades y evitar ser perseguidos por la policía.
A su vez, el gobierno vio en los yakuzas una oportunidad de progresar en el ámbito político, hasta el incidente del Pearl Harbor (1941), donde los yakuzas quedaron de lado. Sin embargo, fueron de gran ayuda al finalizar la Segunda Guerra Mundial.
La Yakuza durante la Segunda Guerra Mundial
El verdadero poder de la Yakuza surge tras la Segunda Guerra Mundial, en especial después de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, ya que la destrucción y la rendición por parte del emperador dejaron al país en una situación compleja. Los alimentos escaseaban y la producción de la industria era casi nula. Por ende, la economía del país estaba en una situación crítica. Así, aparece el mercado negro dominado por la Yakuza donde era posible encontrar desde alimentos hasta medicamentos. Por supuesto, la mafia nipona aprovechó la oportunidad para la compraventa de drogas y para ejercer la prostitución, el comercio ilegal y asesinatos por encargo, entre otras dudosas actividades.
El poder de la Yakuza sólo aumentó hasta los años 50 pero alcanzó su máximo esplendor con el milagro japonés entre las décadas del 60 y 80, años, en que la situación económica del país se recuperó.
La Yakuza y la actualidad de la mafia japonesa
En la actualidad, los clanes siguen funcionando exactamente igual no obstante el pasar de los años. Si bien es cierto que algunas familias se han disuelto y otras han perdido miembros, los integrantes siguen siendo numerosos y están activos dentro de la sociedad.
Lo curioso, es que los yakuzas no se consideran criminales en sí mismos, sino que más bien funcionan como pequeñas empresas que cuentan con tarjetas de presentación. Además, las familias están inscritas en la Agencia Nacional de la policía japonesa. Incluso los jefes yakuza sostienen reuniones con la policía para informar de los cambios en la administración de los clanes.
La mafia japonesa Yakuza ha contribuido en varias oportunidades en labores solidarias dentro del país, como acoger a las personas que han quedado de lado para la sociedad. También cumplen una labor humanitaria cuando de catástrofes se trata; este fue el caso del desastre de Fukushima y el tsunami del 2011.
Con todo esto no se quiere decir que los fondos y negocios que administran no sean de índole ilegal, pues poseen relaciones con otras organizaciones criminales alrededor del mundo para llevar a cabo una serie de actividades como el tráfico de drogas, lavado de dinero y chantajes.
Fuentes:
- Kaplan, D. & Dubro A. (1995). Yakuza. Japan’s criminal Underworld.
- Solano, F. (2002). Alcances criminológicos y políticos criminales de la delincuencia organizada: el problema de definición de un fenómeno sin contornos definidos.
- https://www.periodistaenjapon.com/la-yakuza-japonesa/
- https://elordenmundial.com/yakuza-katanas-tatuajes-y-limusinas/
- https://www.thoughtco.com/the-yakuza-organized-crime-195571