¿Cómo es trabajar en una empresa japonesa?

10/12/2025

Los japoneses son muy respetados alrededor del mundo por su ética laboral. Es bien sabido que en las empresas japonesas se trabaja duro y se trabaja mucho… Tal vez demasiado, ¿no? Y es que la cultura japonesa y la cultura latinoamericana tienen valores distintos que, al final, influyen en el mundo laboral y en el ambiente dentro de la empresa. ¿Te gustaría saber cómo es trabajar en una empresa japonesa?

La jerarquía por sobre todo

Uno de los principales valores de la sociedad japonesa es la organización jerárquica y los niveles de respeto que se deben rendir a otros según esta jerarquía. El respeto a los mayores, independiente de si se tiene una relación con ellos o no, es un gran ejemplo de este aspecto de la sociedad. Dentro de una empresa, la jerarquía es aún más marcada, y la empresa entera se estructura a su alrededor. 

En una empresa japonesa promedio, tu jefe tiene un jefe, que a su vez tiene su propio jefe, el cual sigue las instrucciones de (como te imaginarás) otro jefe. Pero todos estos jefes son distintos, cumplen distintas funciones y tienen distintos rangos dentro de la empresa. El más importante de todos es el kaichou (会長・かいちょう), que es el CEO de una empresa, el director ejecutivo y el que se encarga de que todo funcione a la perfección. Lo más probable es que un empleado promedio nunca vea al kaichou, ya que dentro de la jerarquía, están en extremos completamente opuestos del espectro. 

Luego, sigue el shachou (社長・しゃちょう), el presidente de la empresa. Es la mano derecha del kaichou y es quien coordina el trabajo que se realiza. Sus funciones son bastante similares a las del kaichou. El último cargo de la parte alta de la jerarquía es el torishimariyaku (取締役・とりしまりやく), el director general. Es quien tiene una relación más cercana con los empleados, y su trabajo consiste en guiar y dar órdenes a los gerentes. Estos tres cargos requieren de un extremo respeto de parte de los empleados, pero no son los únicos.

Cada departamento de cada empresa

La jerarquía no termina después de los rangos altos. Más bien, sigue presente hasta llegar al nivel de organización más bajo. Después de los rangos altos que supervisan a toda la empresa, siguen los departamentos. Cada departamento tiene sus propias funciones y labores asignadas, y sus propias jerarquías. Dentro de un departamento, el rango más alto es el buchou (部長・ぶちょう), el gerente. Está a cargo de que sus empleados cumplan con sus labores. La labor de su asistente, el jichou (次長・じちょう), es similar. Supervisan el trabajo realizado por su departamento. 

Imagen de Aggretsuko, un anime sobre la vida de Retsuko en una empresa japonesa
Para referirse a un superior, se usa su apellido junto con su título, como Ton-buchou

Además, dentro de un departamento existen secciones, las cuales también tienen su propio líder: el kachou (課長・かちょう) y su asistente, el kakarichou (係長・かかりちょう). Son los jefes que guían a un equipo de trabajo en los proyectos que le son asignados. Finalmente, el shunin (主任・しゅにん) es el supervisor, es decir, un trabajador más experimentado que se preocupa de que los empleados realicen sus labores individuales correctamente. 

Al final de la jerarquía se encuentra el empleado promedio, que le debe respeto a todos los jefes de jefes, pero que muchas veces no recibe el mismo respeto a cambio.

La cultura de las horas extra

Una de las razones por las que se conoce a la ética laboral japonesa es por las horas extra, también conocidas como zangyou (残業・ざんぎょう). 

Trabajar horas extra es la norma en Japón, al punto de que está mal visto irse del trabajo a la hora de salida correspondiente. Tanto los trabajadores japoneses como las empresas en las que trabajan buscan que el fruto de su trabajo sea perfecto, para que así la sociedad pueda seguir funcionando correctamente. Y para lograr la perfección, se necesita trabajar duro y esforzarse al máximo. El problema es que la perfección toma tiempo que no está dentro del horario laboral, lo que inevitablemente lleva a las horas extras. 

Aunque el arduo trabajo de los japoneses es admirado en otros países, en realidad representa un gran problema en Japón. Existe la creencia de que los empleados japoneses eligen quedarse a trabajar horas extra, a veces hasta que se hace de noche, por su dedicación y amor al trabajo, pero la realidad parece algo distinta. Nadie quiere ser el empleado que no hace horas extra o el primero en irse a casa, por miedo a las opiniones de los demás empleados o de los jefes. 

El escándalo de Dentsu

La problemática de las horas extra alcanzó su punto máximo en 2015, cuando una joven empleada del gigante publicitario Dentsu se quitó la vida debido a las difíciles condiciones de trabajo que vivía. La joven trabajaba hasta 20 horas diarias, incluídos los fines de semana. 

Después de este trágico incidente, el gobierno se propuso cambiar las condiciones laborales que propiciaban este tipo de explotación. En la actualidad, existen leyes que determinan cuántas horas extra puede realizar un empleado al día, a la semana y al año, entre otras medidas que buscan que los trabajadores salgan más temprano del trabajo. Entre estas se encuentran los Viernes Premium, que consiste en que el último viernes de cada mes, los empleados se pueden ir a partir de las 3 de la tarde. 

Pese a los intentos de soluciones que han sido implementados en los últimos años, el exceso de trabajo sigue siendo un gran problema para la sociedad japonesa debido a su estrecha relación con la cultura milenaria del país nipón.

Fenómenos propios de una empresa japonesa

A partir de la excesiva cantidad de horas extra que se trabajan en Japón nacieron otros problemas muy comunes entre los empleados de empresas japonesas. Estas situaciones se volvieron tan comunes que recibieron sus propios nombres. 

Una de ellas es karoushi (過労死・かろうし), es decir, la muerte por exceso de trabajo. El karoushi ocurre por diversas razones: fallas cardíacas debido al cansancio físico, el estrés o la falta de sueño. También se consideran karoushi las situaciones en la que los empleados se quitan la vida debido a la depresión o el estrés causado por trabajar demasiado. El caso de la joven empleada de Dentsu fue considerado como karoushi por el gobierno japonés, y se tomaron las medidas necesarias contra la empresa. 

Este fenómeno fue reconocido en 1987 por primera vez, y ha sido la causa de muerte de millones de japoneses. Es un problema muy grave, pero es uno que se está trabajando para solucionar. Gracias a las recientes reformas laborales, ahora la muerte por exceso de trabajo es un asunto serio y se castiga a las empresas cuando sus empleados fallecen por este motivo. Para que el karoushi sea considerado la causa de muerte, la persona tiene que haber trabajado más de 100 horas extra en el mes anterior a su muerte, o más de 80 en dos o más meses consecutivos durante los últimos seis meses. De ser así, la familia del difunto recibiría una compensación monetaria de parte del gobierno y de la empresa que empleaba al difunto. 

Inemuri: señal de esfuerzo

Otro de los fenómenos que se observan entre los empleados de empresas japonesas es el inemuri (居眠り・いねむり). Su equivalente al español sería “dormitar”, pero en Japón el inemuri se considera algo totalmente distinto de una simple siesta o un sueño ligero. Específicamente, se habla de inemuri cuando una persona dormita en público, ya sea en el transporte público, en la escuela o en la oficina. Y, sorprendentemente, esto no es mal visto. 

Trabajadores durmiendo en el metro

Sabiendo lo que sabemos sobre la cultura laboral japonesa, podrías imaginar que alguien durmiendo en medio de sus labores o de camino al trabajo se consideraría como signo de pereza. La realidad es que se considera lo contrario; el inemuri es un signo de esfuerzo. Si una persona se está quedando dormida en público, significa que se ha esforzado muchísimo, al punto de que ya no podía quedarse despierto. A su vez, el inemuri es un sueño muy ligero. Es más bien como descansar la vista un rato, ya que se supone que, pese a que dormitan, aún siguen presentes y conscientes de la situación en la que están. Están listos para abrir los ojos y volver a lo suyo como si nada hubiera pasado.

Fuera de la empresa: Nomikai

La cultura laboral japonesa no se queda dentro de la empresa a la hora de salir. Una vez terminado el día laboral, es común que tanto los empleados como sus jefes vayan a beber juntos en grandes grupos. Muchas veces se considera como una de tus obligaciones como empleado, y está mal visto rechazar una invitación a un nomikai de parte de un jefe. 

En teoría los nomikai suenan como una buena idea y una forma de conocer a tus colegas fuera del rígido ambiente de trabajo. El término nomunicación (nomu, del verbo beber y comunicación) lo explica perfectamente: el alcohol te hace sentirte más libre para hablar de lo que sea con tus compañeros, lo que favorece la comunicación. Muchos japoneses aún consideran los nomikai como una parte importante de la cultura laboral, que sirve para estrechar lazos y formar un ambiente cercano en la empresa.

Sin embargo, también se considera que tienen un lado negativo. Las jerarquías de la empresa aún se mantienen en este ambiente más festivo, y si bien en principio se trata de acciones simples, como rellenar el vaso de un superior, en los últimos años se ha comenzado a tener miedo de problemas con el abuso de poder. Los empleados pueden llegar a sentirse obligados a asistir a un nomikai, incluso si es que no quieren o pueden ir, ya que rechazar una invitación directa de parte de su jefe sería una falta de respeto. Por otro lado, también se pueden sentir presionados para beber más de la cuenta para estar al nivel de los demás. Y también ocurren casos de acoso sexual o conductas inapropiadas con las empleadas en este tipo de juntas.

El dilema de los nomikai

Por las razones ya mencionadas, los nomikai han ido perdiendo popularidad en las empresas japonesas. Sin embargo, ya que se trata de un aspecto tan normalizado de esta sociedad, la idea de eliminarlos también tiene muchos detractores. Pese a los riesgos de abuso o acoso asociados a los nomikai, muchos japoneses sienten que se está perdiendo una oportunidad de relajarse y conocer mejor a sus colegas y jefes. Los empleados que recién están entrando a la fuerza laboral llegan con la expectativa de tener que asistir a los nomikai, entonces cuando sus jefes no les invitan a salir a beber, se sienten excluidos. 

Imagen del nomikai de los trabajadores de una empresa

Resulta una situación muy confusa. Cuando eran más comunes, los empleados se sentían obligados a ir y deseaban poder no asistir a estas instancias. En cambio, ahora que han perdido popularidad, los empleados los quieren de vuelta, añorando la cercanía e interacción que brindaban. 

La reforma laboral

La cultura laboral japonesa es reconocida por su eficiencia y trabajo duro, pero también por sus problemas. Las muertes por exceso de trabajo y las situaciones incómodas en nomikai son conocidas por el resto del mundo tanto como se conoce su maravillosa ética de trabajo. Es por esto que en el año 2018, el entonces Primer Ministro Shinzo Abe presentó un proyecto de ley que reformaba 8 leyes relacionadas a las condiciones laborales en Japón.

Esta reforma, conocida en su país de origen como Hatarakikata Kaikaku Kanrenho (La ley de reforma del estilo de trabajo) se propuso solucionar múltiples problemas que han afectado a la nación por generaciones. La reforma regula las condiciones de trabajo y de contratación, pone por delante la salud de los empleados y vela por su bienestar, entre otras. Una de las leyes más importantes de la reforma fue la ley que actualmente regula la cantidad de horas de trabajo y determina cuántas horas extra puede realizar un empleado. Además impone sanciones a las que se verán sometidas las empresas que no cumplan con la ley. Otro aspecto importante es que parte de la responsabilidad recae sobre el gobierno, que debe asegurarse de que las empresas cumplan, y en casos de karoushi también debe hacerse cargo de indemnizar a la familia afectada. 

Trabajar en una empresa japonesa puede tener sus puntos negativos, pero también deja enseñanzas importantes sobre la disciplina, el trabajo en equipo y el esfuerzo. La ética laboral japonesa es de admirar, sobre todo ahora que se están tomando medidas importantes para evitar los abusos.

Y sí, hay anime al respecto

Finalmente, para tener una mejor idea del funcionamiento de las empresas japonesas, recomiendo el anime Aggretsuko y la película Estupor y Temblores. Ambas son versiones dramatizadas y críticas de la parte tóxica de la cultura laboral japonesa, especialmente cuando se trata de la discriminación que sufren las mujeres y los extranjeros. Aún así, fuera de los elementos más dramáticos de ambas obras, representan de manera realista la vida como un empleado en una empresa en Japón.

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