Siempre que se habla de visitar Japón, uno de los primeros consejos que se comparte es que debes ser muy respetuoso. En primera instancia esto puede sonar un poco obvio, ya que deberíamos demostrar respeto en todo lugar, pero si es cierto que en la cultura japonesa, el respeto va más allá de lo que esperarías. Aquí te contamos sobre la cultura del respeto, para que no pases a llevar a nadie en tus viajes.
El respeto en la vida cotidiana
A menudo, lo que los extranjeros más resaltan sobre el respeto en Japón son las acciones más cotidianas. Por ejemplo, el hábito de mantener el silencio en el transporte público. O cuando se habla de que los niños son los que limpian en las escuelas. Seguramente también has escuchado que, pese a que no se encuentran basureros en la calle con facilidad, aún así las calles se mantienen limpias.
Otro de los aspectos característicos del respeto en Japón es la costumbre de hacer una reverencia. La reverencia es una muestra de respeto que se usa en todo contexto, con desconocidos en la calle, con tus jefes en el trabajo, con los clientes, e incluso en las escuelas. Una reverencia puede significar muchas cosas, y mientras más profundo sea el ángulo de la reverencia, más respeto se demuestra. Para la vida cotidiana, al presentarse o al agradecerle a alguien, se realiza una reverencia ligera. Para saludar a alguien de un rango importante, como al presidente de la compañía, se hace una reverencia más profunda, con un ángulo de 45 grados. Esta reverencia también se usa para disculparse por un error cometido. Las reverencias son tan importantes en Japón que incluso tienen sus propios nombres.

¿Muy respetuoso?
Son este conjunto de acciones las que le otorgan a Japón el título de ser un país respetuoso. Sin embargo, también son un poco exageradas. No es que la gente no hable en el tren, es solo que no están hablando a viva voz. Cuando se habla de que los niños limpian las escuelas, se refiere a que recogen la basura del piso, borran el pizarrón y barren sus salas de clases, que es algo que también se hace en otros países. Incluso las calles que se mantienen limpias sin basureros llegan a ser una molestia para los japoneses, que deben cargar con su basura en los bolsillos todo el día.
Los gestos de respeto, a su vez, tienen que ver con el choque cultural. No estamos acostumbrados a recibir una reverencia junto a los agradecimientos o disculpas, pero eso no significa que no demos las gracias ni pidamos perdón. O, por ejemplo, en Japón se dice que el cliente, okyakusama, es casi como un dios y se le trata con el respeto que esto amerita. En nuestro lado del mundo, en cambio, decimos que “el cliente siempre tiene la razón”, y también nos hablan con respeto, usando “usted”, en vez de tutearnos.
Kuuki wo yomu: la clave del respeto japonés
En Japón, la comunicación no verbal puede llegar a ser tanto o incluso más importante que lo que se dice. Este fenómeno se conoce como kuuki wo yomu, es decir, “leer el ambiente”. Pero, ¿qué significa esto?
Japón es una cultura de “alto contexto”, lo que quiere decir que los japoneses prefieren hablar entre líneas antes que decir lo que realmente quieren decir. Al comenzar a aprender japonés, una de las primeras cosas que se enseñan es que muy rara vez utilizarás la palabra no, ya que ser muy directo se considera grosero. En cambio, debes optar por negaciones más sutiles, que implican el “no” en vez de decirlo directamente.
La costumbre de leer el ambiente es extremadamente importante para la cultura del respeto en Japón. Tanto la persona que está hablando entre líneas como el interlocutor deben saber entender este recurso. Para evitar herir las sensibilidades de la otra persona, no debes ser directo, por lo que debes saber darte a entender sin decir las cosas. Por ejemplo, si una conversación ya ha terminado su curso pero la otra persona sigue hablando, podrías indicarle un reloj o preguntar la hora para que se dé cuenta. A su vez, el interlocutor debe entender que la mención del reloj le indica que ha ocupado demasiado tiempo de la otra persona, por lo que debería dejarla ir ahora.
Este es el mismo principio que rige normas como las de mantener el silencio en el transporte público o no comer mientras caminas. La idea de “leer el ambiente” es evitar a toda costa cualquier acción que pueda incomodar a las demás personas con las que compartes un espacio.
La jerarquía del respeto
El respeto no es igual para todos en Japón. Cada persona está dentro de una categoría distinta de la cual depende el nivel de respeto con el que se le habla. Esta categoría depende de la cercanía, la edad, o su rango dentro de una compañía.
Por ejemplo, un cliente recibe una reverencia al entrar a una tienda, ya que los empleados le deben un alto nivel de respeto. Entre amigos no se necesita tanto respeto; existe un ambiente de confianza, por lo que se pueden omitir las grandes muestras de respeto. Por otro lado, si se habla con un desconocido, se le debe tratar con sumo respeto, más aún si se trata de una persona mayor a nosotros.
En una compañía, los gerentes y jefes tienen un mayor rango que los empleados comunes y corrientes, por lo que se les debe tratar con más respeto. Las reverencias hacia ellos tienen un ángulo más profundo, e incluso se utiliza un lenguaje más formal para hablar con ellos.
Honne y tatemae
La clave para comprender en qué situaciones se debe ser más respetuoso y en qué situaciones se puede ser más relajado son los conceptos de honne y tatemae. Honne se refiere al verdadero “yo”; son nuestros sentimientos más reales y profundos, por lo que no se pueden compartir con cualquier persona. Por lo tanto, el honne no es la cara que mostramos al mundo. El tatemae, en cambio, es nuestra cara visible. Es la personalidad que se cultiva para enfrentar al mundo.

Al mismo tiempo, esto se relaciona con el concepto de uchi-soto. Uchi es nuestro círculo cercano, familia y amigos, mientras que soto es lo ajeno, los desconocidos. Para nuestro uchi, mostramos el honne. Para el soto, mostramos el tatemae.
Esta dicotomía tiene que ver con los niveles de respeto. Con aquellos que son parte de nuestro uchi, el nivel de respeto no es tan exagerado. Obviamente no le vamos a faltar el respeto a nuestro círculo cercano, pero el ambiente con ellos va a ser más relajado. En cambio, con el soto debemos ser más respetuosos, y mostrar la faceta que creamos para el público, el tatemae.
Sonkeigo: el lenguaje respetuoso
Una de las formas de mostrar respeto es mediante el lenguaje. Dentro del ámbito del respeto en japonés, existen 2 opciones: ser humilde o ser respetuoso. Ser humilde significa que el hablante se rebaja a sí mismo ante el otro. En cambio, ser respetuoso significa que se enaltece al otro.
El sonkeigo se refiere a ser respetuoso y se puede observar en forma de verbos, expresiones y honoríficos. Al interactuar con desconocidos o personas de un rango superior, se utiliza este lenguaje que los enaltece para demostrarles respeto.
Gran parte de la cultura del respeto se relaciona con saber usar el sonkeigo correctamente. Lo usan los empleados para referirse a sus jefes, o los trabajadores de una tienda para hablarle a los clientes. El correcto uso de honoríficos también es importante. Por ejemplo, si estás hablando con tu jefe, o incluso con un compañero de trabajo, no puedes usar el honorífico kun, sino que debes utilizar san. Lo mismo ocurre con tratar a las personas por su primer nombre en vez de por su apellido, o con solo usar el apellido sin honoríficos.
El lenguaje del respeto es complicado para nosotros ya que no estamos acostumbrados a este, pero los japoneses lo aprenden desde que son jóvenes para poder utilizarlo en las situaciones sociales que correspondan. Así se aseguran de no faltarle el respeto a nadie.
Los lugares sagrados
Cuando hablamos de visitar Japón, entre los lugares que no puedes perderte siempre se encuentran los templos o santuarios, ya sean budistas o sintoístas. Pero estos lugares no son solo atracciones turísticas, son lugares donde la gente va a profesar su fé.
Encuestas revelan que casi la mitad de la población de Japón practica tanto el budismo como el sintoísmo. Se dice que Japón tiene más creyentes que habitantes ya que gran parte de la población se considera creyente de ambas religiones. Otro dicho común es que los japoneses nacen sintoístas, se casan cristianos y se mueren budistas. Cada religión cumple con algunas necesidades, y se complementan entre sí. Debido a esto, Japón es un país más religioso de lo que se esperaría.
Los templos y otros lugares sagrados deben respetarse, ya que son importantes para sus religiones. Cada elemento tiene un significado cultural que está muy arraigado en la historia de Japón. Es vital seguir las normas del respeto que se han mencionado a lo largo de este artículo, y por sobre todo, no tratar estos lugares tan solo como algo bonito de mirar. Se debe apreciar su importancia en la espiritualidad japonesa y mantener un buen comportamiento.

Allá donde fueres, haz lo que vieres
Hace un tiempo atrás, hubo un caso que causó revuelo entre los japoneses. Una turista utilizó un torii para hacer flexiones de brazos, lo que fue considerado altamente irrespetuoso por los japoneses. Otros casos, como los trenes de halloween al principio de los años 2000, también fueron repudiados porque los extranjeros irrumpían los viajes tranquilos de los ciudadanos japoneses.
El mejor consejo a seguir sobre el respeto es imitar lo que hacen los japoneses. El respeto está tan arraigado en su cultura que ni se la piensan dos veces antes de actuar de las maneras que ellos consideran respetuosas. ¿Ves que usan honoríficos para hablar entre ellos? Usa honoríficos al hablarles. ¿Te saludan con una reverencia? Pues saludalos con una reverencia.
El respeto en la sociedad japonesa puede parecer complicado, pero al fin y al cabo, su raíz está en asegurarse de que los demás estén cómodos y sin inconvenientes, y hacer lo que sea necesario para mantenerlo de esa manera.

